Arrancamos mal.
Las cosas no siempre son como las esperamos, por eso siempre
es bueno dejar un margen de error posible, ante la situación que sea, aunque
nos intenten inducir a lo contrario. Esto nos va a minimizar una posible
sorpresa negativa, de ser así, a la hora de enfrentarnos a dicha sorpresa
estaremos mejor parados para asimilarla y actuar en consecuencia. Esto se
aplica en cualquier orden de la vida, sobre todo en el ejemplo aquí ilustrado.
Recomendamos mantener la calma, respirar profundo y seguir adelante, pese a que
no sea lo que esperábamos. Mentir nunca es bueno, pero a quién no se le escapa una mentirita de vez en cuando...
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