Cómo decirle que no...
A la hora de intentar seducir e invitar a esa persona que
tenemos en la mira, a compartir un momento especial, a veces nos complicamos
mucho la existencia con qué hacer, a dónde ir o pensando demasiado en cómo concretarlo.
Y es ahí cuando tenemos que recordar aportes como éste, para no olvidarnos que
son los pequeños detalles los que marcan la diferencia y cosas que pueden
parecer muy simples, pasan a ser sumamente relevantes si estamos a fin con la
persona indicada. Porque una invitación como ésta, no da ni para pensarla. Es
que el pueblo noético tiene claras las cosas que realmente valen la pena y que
a veces no se valoran o se ven opacadas por superficialidades.
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