Cosas que nos han pasado a todos.
Esto de la nueva era tecnológica no siempre nos es
favorable, sobre todo a la hora de hacer cosas que no tendríamos que hacer. A
veces por la presencia de sustancias ajenas al cuerpo, a veces por poco
autocontrol y a veces por fallas en los aparatos, es que nos vemos sometidos a
situaciones en las que nos jugamos la dignidad. Así es, nuestra dignidad queda
en manos de un simple corrector de texto y la fragilidad de una pantalla
táctil. Aunque a veces varía el porcentaje de responsabilidad entre el usuario
y el aparato, siempre es mucho más fácil hacer del aparato el principal
responsable. Sobre todo un domingo al despertar de resaca y ver los mensajes
enviados.
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