Los pies sobre la tierra.

No siempre es bueno intentar impresionar o ilusionar a nuestra pareja, a veces nos dejamos llevar por la euforia del amor y no nos damos cuenta que podemos estar siendo contraproducentes con nuestros intereses. Por eso recomendamos siempre mantener los pies sobre la tierra y regular las expectativas según nuestras posibilidades. Es que la bajada a la realidad puede ser dura y desmoronar nuestras mejores intenciones y aspiraciones en un segundo. Hablando mal y pronto, como se dice en el barrio: nunca es bueno "tirarse el pedo, más grande que el culo"