Ni tan tan, ni muy muy.

Algo que aprendemos con el tiempo, es que nunca es bueno dejarse llevar por lo que dicen los demás sobre otras personas. Esta frase de la gente nos ilustra a la perfección el hecho de que ni tan tan, ni muy muy. En todo caso, lo ideal es experimentar en por uno mismo y sacar propias conclusiones al respecto. Sobre todo tenemos que tomar con pinzas las versiones de la madre o un/a ex de dicha persona, ya que los extremos no son buenos.